Muy interesante el video y el artículo, principalmente la visión de la sociedad como un conjunto de otros/as sobre el cual no podemos dar por supuesto ni generalizar cuestiones que se atienen al pensamiento o a la forma de ver las realidades.
Creo -y coincido con lo planteado en el texto- que momentos como este nos invitan a analizar y replantear no solo las estructuras y sistemas (económicos, penitenciarios, familiares, de salud e incluso jurídicos) en los que estamos inmersos, si no también los roles que nosotros estamos ocupando en los mismos -o que no estamos ocupando- y las posiciones que otras/os también ocupan. Nos llevan a cuestionar cuáles son aquellos cambios que realmente necesita la sociedad -entendida como ese conjunto de personas con características tan variantes que confirman su otredad, por decirlo de alguna manera-; a poner en jaque muchas verdades que son dadas como únicas; y a atender, aprender y comprender otras verdades que exceden nuestra realidad como pertenecientes a cierta clase.
Asimismo, reitero lo señalado en el artículo: yo tampoco creo que luego de esto el mundo se vuelva color rosa; pero, si soy optimista en esperar que estos debates (y muchos otros) resulten en nuevas herramientas y cuestionamientos futuros, con sus consecuentes frutos en los distintos ámbitos.
Hola Pilar. Agradezco tus comentarios. Ocurre que somos bastante proclives a diagnosticar los errores en los demás pero poco propensos para ver los nuestros y nuestras equivocaciones. Cordiales saludos
Buenas noches a todas/os, muy interesantes sus aportes en tanto invitación a pensar. Por mi parte, me surge la pregunta sobre la relación entre pensamiento crítico y pesimismo/escepticismo. Me pregunto qué lugar ocupa el pesimismo -como posición subjetiva en el mundo-, al momento de procurar construirnos como sujetos críticos. “Pensar ni consuela ni hace feliz. Pensar se arrastra lánguidamente como una perversión; pensar se repite con aplicación sobre un teatro; pensar se echa de golpe fuera del cubilete de los dados. Y cuando el azar, el teatro y la perversión entran en resonancia, cuando el azar quiere que entre los tres haya esta resonancia, entonces el pensamiento es un trance; y entonces vale la pena pensar”, escribe Foucault en el prólogo al libro Repetición y diferencia (1968) de Gilles Deleuze. Cómo hacer para pensar sin caer indefectiblemente en una mirada fatalista y desesperanzada?. Gracias.
Creo que el desafío es que los errores sesn detectados con suficientemente antelación. De ese modo si estaríamos hablando de uns alerta temprsna y que a la vez de tirmpo a lss correcciones