Antes que nada quiero agradecer la oportunidad que se nos brinda de poder realizar este curso.
Las ideas planteadas tanto el texto y el video me parecen muy interesantes y coincido en gran parte pero a su vez me llevaron a una serie de humildes reflexiones. Estas reflexiones no están ajenas a mis pocas experiencias en el campo social.
Cuando se habla
del papel del reformador/a, si no entendí mal, se hace un cierto hincapié en
problematizar su accionar en el campo y como este en muchas ocasiones cae en un
pesimismo y en frustraciones por no conseguir su anhelado cambio social. Este
muchas veces lleva a justificar esta situación en el accionar de un otro sin
reflexionar sobre su propia acción. El reformador en muchas ocasiones cae en un
sobre diagnostico producto de su miopía de clase y a que buscar reducir la
realidad en un solo concepto, lo que no es ni más ni menos que la proyección de
sus propios deseos y cosmovisión. Coincido
que esto se da en muchos casos y en muchas personas que se dicen reformadores,
lo cual se es una contradicción a raíz de que personas así lejos están de
lograr un verdadera transformación social; por el contrario, personas así no
hacen más que reproducir lo que dicen combatir. El problema es que no todas las
personas que buscan cambiar la sociedad son así. He visto a muchas personas que
lejos están de caer en esas problemáticas pero que igual caen en un pesimismo
social y creo que es porque básicamente son personas como cualquier otra
persona con sus contradicciones.
Me parece que muchos reformadores/as sociales caen en el pesimismo porque el
buscar un cambio implica un esfuerzo enorme: implica angustias, sufrimientos,
incomodidades, cansancios, dejar de lado afectos y amistades, peleas y un montón
de otras cosas; en pocas palabras estos reformadores/as en pos de un cambio
social dejan de lado muchas cosas y el objetivo lo vale. El problema es que muchas veces esto no es
tenido en cuenta por nadie y el esfuerzo hecho por esas personas termina no
valiendo nada, es más creo que un motivo del pesimismo en esas personas se debe
a que los aportes que hacen lo plantean desde la seriedad pero no es tenido en
cuenta por ningún funcionario público a raíz de que básicamente no les
interesa. Por otro lado creo que este pesimismo social también es resultado de
una lucha de intereses, una lucha de clases si se quiere, entre los que quieren
una sociedad más justa y aquellos que quieren que la situación siga igual. Esta
lucha dicen que es el motor de la historia y el devenir de la historia si bien
nos dan datos alentadores también nos dan datos desalentadores. Con esto quiero
decir que si bien en algunos puntos estamos mejor, en algunos otros estamos
mucho peor.
Toda esta situación del pesimismo en los reformadores/as sociales me hace pensar
constantemente en el Castelli de la novela “La revolución es un sueño eterno”.
Espero no haberme ido por las ramas pero es las reflexiones que me generaron las ideas planteadas y lo planteo desde mi humilde experiencia y conocimientos.