Foro de debate / Mario Juliano

El día después de la emergencia

El día después de la emergencia

de Macarena Sosa -
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Buenas tardes colegas.

Me resultaron muy interesantes y fructíferos tanto el texto como el video del Dr. Juliano. Debo reconocer, con absoluta humildad, que me considero incluida en la categoría de “reformadora”. Como abogada penalista que soy, me encuentro en una lucha diaria por evitar que se presenten situaciones irregulares y, hasta incluso ilícitas, en los lugares de alojamiento de las personas privadas de libertad.

En este proceso por intentar cambiar el estado de cosas y brindar mi pequeño aporte, tristemente me identifico con ese “común denominador” al que hace referencia el Dr. Juliano: la justificación de los motivos por los cuales no podemos llevar adelante cambios profundos, positivos y democráticos en el universo penal. Digo que me identifico “tristemente” porque jamás en mis 26 años, hasta este momento, he cuestionado mi opinión y parecer respecto a “lo que creo que piensa la gente sobre el ámbito penal”. Lo que resulta cómico es que me bastó un paper, bastó una sola persona con una idea sencilla pero consistente, una idea con la que nunca nadie se me había aproximado, para generar una ruptura en una convicción que traía arraigada desde que crecí. Mi convicción consistía, nada más ni nada menos, en que pretender cambiar la realidad dramática que viven las personas privadas de libertad era ir contra la corriente, ya sea por el sistema corrupto que existe fuera y dentro de las unidades penitenciarias, pero principalmente porque las políticas que pueden llegar a beneficiar a aquellas personas difícilmente logren la adhesión y apoyo popular.

Entonces, leer esas líneas me hizo dar cuenta que yo no tengo ningún indicio sólido que me habilite a tener un concepto tan cerrado y generalizador de la “opinión pública”. Como señala acertadamente el Dr. Juliano, muchas veces nos dejamos llevar por lo que opinan las personas que se encuentran en nuestro círculo más íntimo o consideramos a los medios de comunicación como un reflejo fiel de lo que piensa la sociedad, aunque en realidad sabemos que existe por parte de éstos un tratamiento sensacionalista y desproporcionado de la delincuencia.

Me sirvió escucharlo para vencer algunos prejuicios en los que, obviamente, debo trabajar para poder cristalizarlo en acciones concretas dentro de un proyecto que creo justo y que nos puede mejorar como sociedad, a saber, el real respeto en la práctica y la progresividad de los derechos humanos de las personas privadas de libertad.

Adhiero a la idea de que la presente emergencia ha generado cosas que hace dos meses eran imposibles de imaginar y celebro ello, pese al contexto que estamos viviendo que, sin duda, está arrasando con la economía de otros grupos de personas también vulnerables. Pero sin caer en el pesimismo, tal como nos recomienda el Dr. Juliano, creo que debemos cambiar y que indefectiblemente tomaremos lo que nos está ocurriendo y ocurrirá en meses posteriores, para convertirnos en una sociedad mejor.

Tomemos las evoluciones que se han dado en los últimos días y lo rápido que se han implementado como ejemplo; como ejemplo de que aquellas injusticias que creemos nos exceden a nosotros y nosotras, y respecto de las cuales pensamos que nada podemos hacer porque no van a cambiar nunca y que la sociedad así lo quiere, aquellas injusticias se pueden revertir, es posible hacerlo, y de hecho se está comenzando a hacer algo, obviamente no es un proceso fácil y no terminará cuando finalice la cuarentena, y depende de todos y todas que así sea. De nosotros y nosotras depende tomar los pequeños avances para mantener y mejorarlos el día después de la emergencia, y no pensar, y es lo que principalmente me llevo de este primer módulo, que tenemos al resto de la sociedad en contra por hacerlo, vencer los prejuicios, dejar de construir verdades aferradas a una visión pesimista y abrir la mente a otras formas de ver el mundo que discrepen con las nuestras.