Tomo esta frase del Texto de Judith Butler que me parece trascendental: " El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos seguramente lo hacemos, modelados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo."
Creo que esta situación de pandemia ha venido a poner patas para arriba muchas creencias naturalizadas. En primer lugar en perspectiva subjetiva, es la primera vez que no tiene validez como garantía y como defensa, recurrir a los valores culturales de base y pertenencia que constituyen la estructura yoica; es decir esas creencias arraigadas que nos identifican y a las que recurrimos en situaciones de amenaza para encontrar cierta seguridad. Por poner un ejemplo, un estadounidense en momentos de guerra suele recurrir a su nacionalidad, a la primacía bélica y de seguridad nacional de su país, para encontrar una tranquilidad que le permita continuar con su vida cotidiana.
En un plano mas cotidiano lo mismo ocurre en la Argentina con un profesional. quien retorna a su casa caminando por la madrugada, y al pasar un móvil policial por la vía publica es ignorado dado que no es detenido para efectuar identificación alguna, dado que su aspecto y vestimenta no despiertan sospechas.
Sin embargo esta pandemia ha generado una ruptura en esas creencias naturalizadas que otrora daban seguridad y ya no lo hacen. El estadounidense se siente atacado por un enemigo al que no puede combatir, porque tampoco su sistema de salud le brinda respuestas y su fortaleza económica tambalea. En cuanto al profesional sera efectivamente detenido en la vía publica por la policía independientemente de su vestimenta o profesión derivando en una causa penal por haber incurrido en un delito.
No aporto nada si digo que es la primera vez en la historia en la que los humanos globalmente nos descubrimos vulnerables como especie; como afirmaba Violeta Parra, hemos encontrado que somos "tan frágiles como un segundo". Pero ademas esta situación es mediata. Hay una relación real, palmaria, entre las personas y el peligro encarnado como virus; dicho de otra forma, el campo de batalla esta en las puertas de nuestras casas y el enemigo puede ingresar en cualquier momento. Pero a pesar de todo esta situación extrema de fragilidad y percepción del peligro cercano, aun no ha sido suficiente para generar una ruptura tal en el sistema de creencias grupales sobre las que se sientan las bases de toda discriminación; Es necesario comprender que es un momento bisagra para la humanidad como especie, en donde es menester que se de un cambio tal que haga que las personas finalmente descarte toda categoría discriminatoria y todos nos comprendamos y nos agrupemos detrás de un único valor universal que haría que todas las vidas merezcan ser vividas.: la condición de seres humanos.