Buenos días a todos y todas.
Muchas gracias Natalia por compartir con todes tus planteos, me resultaron muy sugestivos y nos invitan a pensar qué tan justificadas están las restricciones con las que nos toca vivir actualmente.
Creo que los presupuestos de la democracia, tanto los procedimentales como los sustantivos, resultan imprescindibles para que las decisiones que atañen al modo en que debemos relacionarnos con otres sean legítimas. Entiendo que cuanto mayor sea la legitimidad de las decisiones, de las medidas adoptadas, cuanto mayor sea el consenso, cuando se represente a la mayoría pero también se respeten los derechos de las minorías, menor será la anomia. Sin embargo, en la situación actual de emergencia aquellos presupuestos se encuentran en jaque.
Coincido con Natalia en que la anomia no debería ser parámetro siempre, de lo contrario, tendríamos un estado mucho más paternalista que el que ya tenemos, ello habilitaría a que nos impongan cada vez más restricciones en aras de “cuidarnos” porque somos tan rebeldes que no tenemos conciencia para hacerlo solos/as. No obstante, es cierto que debemos situarnos en la Argentina anómica que tenemos y considero que el gran nivel de acatamiento que hay en relación al aislamiento se debe a que lo que está en juego es nada más y nada menos que la salud, la posibilidad de perder la vida.
Por último, y volviendo al principio concuerdo en que las restricciones están justificadas hasta el momento (principalmente me refiero a gobernar por decreto como lo está haciendo el presidente y restringir la libertad de circulación), sin embargo adhiero a la importancia de que el Congreso vuelva a sesionar de un modo en que, obviamente, se resguarde la salud de todes, sin perjuicio del proceso colectivo que hay detrás de cada decisión política que se toma, reflejando así una democracia deliberativa representativa pero no participativa.
Saludos.